Regla y Establecimiento de la Orden de la Cavallería de Sanctiago del Espada de 1565. 

Capítulo V: De los Maestres que han sido de la Orden, después de que el Papa primeramente la confirmó. Para ordenar y continuar bien este catálogo y lista de los Maestres,porque vaya muy conforme en la sucessión de los tiempos, y en la verdad de las cosas, demás de los libros antiguos de la Orden tiene, donde ay memoria desto, nos aprovecharemos mucho de las crónicas de Castilla y de muchos privilegios, y escrituras antiguas de la Orden, y de otras partes, adonde la verdad de los tiempos tiene entera certidumbre y claridad, sin que pueda aver en esto ningún error. Serviranos también mucho, una gran diligencia que en Uclés, de tiempo muy antiguo, tienen hecha; y es que en el libro de la Calenda, que cada día se lee en el coro, tienen escrita la memoria de muchas cosas antiguas de la Orden, assí como muertes de Maestres, y otras cosas semejantes, señalando el día, mes y año en que acaescieron. Aunque en la Orden uvo muchos Maestres antes de Pedro Fernández de Fuente Encalada, como por el privilegio del rey Don Fernando por lo menos parece, pónese aquí el dicho por primer Maestre, desde el tiempo que esta Orden fue confirmada por Alexandro papa tercero....." 

I. PEDRO FERNÁNDEZ DE FUENTENCALADA 

Gran maestre de la Orden desde febrero de 1171 a junio de 1184. (Calendario de Uclés) Primer maestre de la Orden, nieto del rey García de Navarra por la línea paterna y de los condes de Barcelona por la materna. Nacido en 1117, en Fuente Encalada, en la diócesis de Astorga, combate en las huestes de Alfonso VII en la conquista de Aurelia, no lejos de la actual Colmenar de Oreja. Su primera acción fue contrarrestar el ataque de los moros que talaban toda la comarca de Cáceres, uniéndose a Fernando II de León, marchando hacia Coria, para resolverse en dirección a Cáceres, arrebatándosela a los moros para encaminarse enseguida hacia Badajoz y el Castillo de Almograf en la ribera del Tajo.
Donación del Castillo y villa de Uclés a la Orden de Santiago.
Arévalo, 9 de enero de 1174.
 De izda a Dcha: Leonor de Plantagenet, 
Alfonso VIII "el de Las Navas", rey de Castilla, 
el Maestre Pedro Fernández de Fuentencalada,
y un freyle de la Orden.
Miniatura del Tumbo Menor de Castilla. 
Siglo XIII. pág.: 15
Archivo Histórico Nacional, Sección de Códices, 1046b,
Pero no pasó mucho tiempo sin que a los musulmanes les llegaran refuerzos de África, los almohades, al frente de los cuales vino su Emir Usuff-Aben-Yacob. Con tales fuerzas pronto volvieron a hacerse dueños de todo lo perdido en Extremadura. Entonces, los Caballeros de la Orden de Santiago se pasaron a Castilla para ponerse a las órdenes del Rey Alfonso VIII. La Villa de Mora fue la primera posesión de la orden y antes de que pasara mucho tiempo ya habían conquistado el castillo de Alarilla, entrando en tierras de moros para llegar hasta Ruete, talándolo todo a su paso.

Más tarde asiste a la ocupación de Baeza (1146) y al desembarco de Almería, que hizo caer esta importante plaza, puerto principal de la marina arábigo española e importante astillero de su flota de guerra. Regresaron a su punto de partida con un buen número de prisioneros y gran botín por lo cual satisfecho el Monarca les dio la villa de Uclés en el año 1.174, en recompensa de sus servicios. Don Pedro Fernández marchó a Roma para que el Papa le confirmase la autorización papal para su Orden de Caballería. Una vez en Castilla, ayudó al rey Alfonso a recuperar lo que le había arrebatado Sancho V de Navarra en tierras de La Rioja.

Planeó después la conquista de Cuenca, a la que sitió, durando el asedio nueve meses hasta que la guarnición mora no tuvo más remedio que rendirse. Ganadas también para el rey cristiano fueron Alarcón y otras poblaciones, siendo premiada la Orden de Santiago con ricas heredades. Fue por este tiempo cuando, según algunas crónicas partió el Maestre de Santiago don Pedro Fernández, junto con algunos de sus caballeros a Tierra Santa, a fin de fundar allí también la Orden dedicada a proteger el sepulcro del apóstol Santiago y el camino que le conduce a él. Existe el dato de que Bohemundo, rey de Antioquía, en 1.180 donó al Maestre varios castillos y lugares y en feudo todo el territorio que ganara a los moros. Pero poniendo como condición de que pasara a Antioquia en el plazo de un año. 

Poco después la orden acompaño al rey Alfonso VIII hacia Andalucía, y próximos a Córdoba dieron con los caballeros de la Orden de Calatrava quienes sostenían que aquellos territorios correspondían a su jurisdicción. Los de Santiago se avinieron a razones y firmaron la paz y concordia perpetua con la otra Orden de Caballería, a la cual cedieron la villa de Alcobella, sita entre San Esteban de Gormáz y Osma, así como cien maravedíes de oro, en prueba de buena voluntad, así como la villa de Ocaña.

Después se entrevistaron con los Templarios y Hospitalarios, comprometiéndose los respectivos Maestres a prestarse mutua ayuda. A los cincuenta y cuatro años de edad, Pedro Fernández consiguió realizar su proyecto en la ciudad de Cáceres, como queda dicho más arriba. El espíritu de la nueva Orden, nacida en los tiempos duros de la invasión almohade que amenazaba con ocupar nuevamente la Península, es muy semejante al de la Orden del Temple, a la que Pedro había conocido en Tierra Santa. También se ocupó de la redención de cautivos y ya tenía la Orden dos casas destinadas a este fin cuando le sobrevino la muerte en el año 1184. Su cuerpo reposa en la capilla mayor del convento de San Marcos de León.
San Marcos de León
II. FERNANDO DÍAZ (también HERNANDO DÍAZ). 

Gran maestre de la Orden desde febrero de 1185 a mayo de 1186. (Calendario de Uclés.) Fue uno de los principales impulsores en la lucha contra el Islam. En el Archivo Histórico Nacional, Sección de Ordenes Militares, Fondo del Monasterio de Uclés. Carpeta 291, número 1, se conserva en pergamino, un Diploma, con sello rodado, del Rey Fernando II, fechado el 12 de octubre de 1.185, donando al Maestre de la Orden de Santiago, D. Fernando Díaz y a sus freires, ALION con todas sus pertenencias y derechos ("dono vobis ALION cum omnibus directuris suis et pertinentiis").
RUINAS DEL CASTILLO DE TREVEJO (VILLAMIEL, CÁCERES)
El mismo año le hace donación del Castillo de Sobrescobio. Fernando II hacia 1166 entregó el castillo de Trevejo primero a los caballeros templarios y años más tarde lo cedió a Don Pedro Arias en 1184, prior de la Orden de San Juan de Jerusalén quien, curiosamente, volvió a entregar la fortaleza en 1186 a la Orden Militar de Santiago y a su Maestre don Fernando Díaz. Alfonso VIII le da la villa de Arenos, junto al castillo de Tremaya, poco después el castillo de Espichel. Según la Regla de 1565, dejó el Maestrazgo de la orden por el excesivo trabajo de la guerra y se recluyó en el Monasterio de Santo Audito, en Buitrago.






III. SANCHO DE LEMOS (también SANCHO FERNÁNDEZ DE LEMOS). 

MONASTERIO DE SANTA EUFEMIA DE COZUELOS
(COZUELOS DE OJEDA, PALENCIA) 
Gran maestre de la Orden desde el 21 de julio de 1186 al 28 de julio de 1195.(Calendario de Uclés.) En agosto de 1186, Alfonso VIII le da en donación el monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos. El mismo año, en noviembre, Sancho I de Portugal le da los castillos de Alcázar, Palmela, Almada y Arruda-dos vinhos. El 18 de septiembre de 1187, el papa Urbano III confirma a la Orden y al Maestre los privilegios concedidos por Alejandro III. El 24 de junio de 1188 firma un acuerdo con la orden de Calatrava para poner fin a las diferencias existentes hasta entonces entre ambas órdenes militares. En Daroca, el 21 de julio de 1190, Fernando Rodríguez, señor de Albarracín se entrega a la Orden con todos sus bienes.
En la batalla de Alarcos, derrotadas las fuerzas cristianas el Maestre de la Orden, Sancho Fernández de Lemos, muere en 1195 defendiendo la retirada de los restos del ejército. Según aparece en la Regla, parece que Sancho de Lemos es el maestre que en las escrituras del archivo de Uclés figura como Sancho Fernández.

IV. GONZÁLO RODRÍGUEZ. 

Gran maestre de la Orden desde el 1 de diciembre de 1195 al 23 de octubre de 1203.(Calendario de Uclés.) En tiempos del cuarto maestre, don Gonzalo Rodríguez, los almohades acaudillados por su sultán Mohamed Ben-Yacub, vencedor en 1195 de Alfonso VIII, en la batalla de Alarcos, donde encontraron la muerte diecinueve santiaguistas, hacen una ofensiva general por tierras de Castilla y se presentan con todo su ímpetu ante los muros de Uclés dos años más tarde. El maestre, en medio del desconcierto de los reinos cristianos, resiste en el castillo ucleseño con sus gentes, mientras otras fortalezas, como Madrid y Guadalajara, se someten a Ben-Yacub. Gran favorecedor de la viticultura, en 1201, Gonzalo Rodríguez dio a Fernando Gutiérrez casa y viñas en Valladolid para tenerlas durante su vida, bajo condición de plantar cien maravedíes de viñas y de comprar cubas para almacenar el vino; después de morir, devolvería las viñas a la Orden. El Fuero de Ocaña (Toledo) le fue otorgado en 1202 por el maestre Don Gonzalo Rodríguez. Los dos maestres posteriores son prácticamente desconocidos, por lo que deducimos que durante su mandato no debió ocurrir ningún hecho relevante.

V. SUERO RODRÍGUEZ. 

Gran maestre de la Orden desde el 20 de junio de 1204 a l 23 de abril de 1206.(Calendario de Uclés.) Natural de Galicia, antes había sido Comendador de Palmela, en Portugal;larga fue la estancia de Suero Rodríguez en la Orden de Santiago. En 1171, el hospital de peregrinos de Santiago y el puente de San Marcos de León fue confiado por el obispo de león a Suero Rodríguez y su mujer, María Pérez. En 1172 fundaron un convento junto al puente. Este convento fue un monasterio propietario, fundado y dotado por Suero Rodríguez y otros caballeros leoneses que prometieron dar "ad illum ordinem qui uiurent in Sancto Marco sus coprora et suos aueres et sua uxores ut honorifica reuerencia dicte ordinis et domus Sancti Marci subsistere potuit". De 1172 a 1180, como propietario, Suero dominó los negocios del convento, recibiendo donaciones y comprando heredades a personas particulares, en incluso de la misma Orden de Santiago en 1174, cuando el maestre pedro Fernández le vendió algunas de las heredades de doña Azenda por setenta maravedíes. Finalmente Suero entro como freyle en la Orden dándole "ecclesiam Sancti Marci cum suis merteneciis et quod Suer Ruiz dmui uestre donauit intra uillam legionensem et extra". En 1194, Sancho I le dio, junto al Maestre Sancho Fernández y al prior Cristóbal, las casas de Santo o Velho en Lisboa, que la Orden convirtió en monasterio de monjas. En el año 1204, siendo maestre de Santiago D. Suero Rodríguez, Don Lope de Varea y Doña Sancha Pérez de Azagra, su mujer, confirmaron cierta conveniencia, que la Orden había hecho sobre el pleito que se movió acerca de la posesión de Biedma y Villarrubia (crónica de las órdenes de Santiago, folio 22, columna 3)

VI. FERNANDO GONZÁLEZ DE MARAÑÓN (también HERNÁN GONZÁLEZ).

Gran maestre de la Orden desde el 1 de noviembre de 1206 al 13 de junio de 1210.(Calendario de Uclés.) Repobló la villa de Villarrubia de Santiago. Siendo maestres Fernán González de Marañón, y reinando en Castilla Alfonso IX, dicho maestre "expidió una escritura que en la era de 1245 (año 1207) dio a poblar los términos de los castillos de Villarrubia y Monreal, cerca de Ocaña y dio fuero a los pobladores". Estableció un nuevo sistema de recaudación de impuestos para la Orden, el pecho, que los habitantes de los señoríos de la Orden pagaban a ésta por las tierras que ocupaban trabajaban. Primeramente la orden encontró difícil recaudar poco dinero de mucha gente, y confió esta tarea a los concejos, acordando recibir una cantidad fija de cada uno de los que recaudaran las contribuciones individuales. Este sistema puede observarse por primera vez en Ocaña, donde el Maestre Fernando González convino en que, en vez de pagar cada habitante medio maravedí a la orden, el concejo le pagaría 120 maravedíes por San Martín y recaudaría las contribuciones individuales de los vecinos. 

VII. PEDRO ARIAS DE REBOREDO.

Gran maestre de la Orden desde el 22 de noviembre de 1210 al 3 de agosto de 1212.(Calendario de Uclés.) A Pedro Arias de Reboredo y a su intervención junto a los caballeros de Santiago se dice es debida la cruz que ostentan los Arias, en su escudo. (La leyenda les atribuye haber conquistado el estandarte real mahometano). Pedro Arias sirvió al Rey don Fernando III en Sevilla, donde se llevaron a cabo valerosos hechos, alcanzando varias casas de repartimiento. Sus descendientes se extendieron por Badajoz, dando lugar a diversas familias nobles, con distintos entronques. Según las crónicas del Arzobispo Don Rodrigo, participó en la Batalla de las Navas de Tolosa en 1212, y aunque existen informaciones de que murió allí, no coinciden las fechas de la batalla (julio) con la del fin de su mandato como maestre (agosto). El calendario de Uclés afirma que murió en 1250.

VIII. PEDRO GONZÁLEZ DE ARAGÓN.(también PEDRO GONZÁLEZ DE ARANZO).

Gran maestre de la Orden desde el 7 de mayo de 1212 al 24 de junio de 1217.(Calendario de Uclés.) RUINAS DEL CASTILLO DE CASTROTORAFE (SAN CEBRIÁN DE CASTRO, ZAMORA) (FOTO:ALBERTO CONDE OYA (WWW.CASTILLOS.NET))

Luchó en la primera gran campaña contra los moros contra Cáceres. En 1216 aconsejó al rey don Enrique a renunciar a las tercias reales de los diezmos eclesiásticos. En 1219, siendo ya ex-maestre, sirvió al rey en misiones diplomáticas, formando parte de la embajada que trajo a doña Beatriz, hija de Felipe I, de Alemania, para casarla con Fernando III. Le tocó vivir el comienzo del problema sucesorio suscitado en torno a los derechos de las hijas de Alfonso IX de León, a consecuencia del cual, la Orden obtendría la concesión del castillo de Castrotorafe. Murió en la toma de Alcaraz.

IX. MARTÍN PELAYO BARRAGÁN (también MARTÍN BARRAGÁN).
Gran maestre de la Orden desde el 23 de mayo de 1218 al 15 de octubre de 1221.(Calendario de Uclés.) En junio de 1217, el comendador de Palmela, Martín Pelayo Barragán y los obispos de Lisboa y Évora, sitiaron el castillo de Alcocer do sal y consiguieron tomarlo con ayuda de templarios y sanjuanistas y de algunos cruzados flamencos bajo el mando del conde Guillermo de Holanda. Martín Pelayo, aunque de baja estatura, luchó bien y mereció su premio: no sólo se dio el castillo a la Orden, sino que Martín llegó a ser Maestre al año siguiente. La victoria fue comunicada al papa Honorio III. En 1221, don Martín Peláez, Maestre de Santiago, y don Gonzalo Yáñez, de Calatrava, hicieron un acuerdo muy detallado sobre sus mutuas relaciones y colaboración militar, aunque se puede sospechar que sólo fuera poner más explícito lo que sería ya práctica corriente entre ellos. Las dos Ordenes prometieron ayudarse en todo, y especialmente en la guerra contra los moros; sus freiles deberían ir juntos en las campañas si el rey no lo prohibía; si estuviese presente sólo un Maestre, o sólo un comendador mayor, todos los freiles deberían obedecerle; pero, si estuviesen dos Maestres o dos comendadores mayores, todos los freiles deberían dividirse igualmente entre ellos, sin hacer caso de su Orden particular; si la campaña empezase en Uclés, el comendador mayor de Uclés debería conducir los freiles, y viceversa, si comenzaba en Calatrava. También colaboraron en la diplomacia: harían treguas y las conservarían en común, aunque también debían ayudarse mutuamente contra un ataque por los moros, incluso durante una tregua real. El 15 de octubre de 1221 murió en combate con los moros, después de distintas campañas en las cuales los freiles habían acompañado a Savary de Mauleón y al arzobispo Don Rodrigo.

X. GARCI(A) GONZÁLEZ DE CANDAMIO también (GARCI(A) SANZ DE CANDAMIO).

Gran maestre de la Orden desde abril de 1222 al 14 de febrero de 1224. (Calendario de Uclés.) Pertenecía a una familia de curiales, y fue de lo spocos maestres que nunca ocupó un alto cargo dentro de la Orden, antes del maestrzgo. En torno a 1220 la ascensión al trono de Fernando III, provocó un aluvión de problemas internos en la Orden eligiéndose un maestre alternativo en León, Martín Pelayo Barragán, que gobierna mientras lo hace García González de Candamio en Castilla, todo se arregla en un capítulo general celebrado en San Marcos en 1222, donde se restituye a García González de Candamio. Sitió de nuevo la ciudad de Cáceres con Alfonso IX durante 1222 y 1223.

XI. F(H)ERNÁN PÉREZ CHACÍN (también HERNANDO CHOCE).

Gran maestre de la Orden desde junio de 1224 a diciembre de 1226.(Calendario de Uclés.) En su maestrazgo no faltaron hechos militares, como la campaña emprendida contra víboras por orden de Fernando III, pero el protagonismo correspondió a los conflictos surgidos entre uno de los primeros priores de Uclés, Gil González, y sus clérigos, sobre la obligación de los primeros de pagar diezmos a éstos. Gil González asistió al cuarto concilio de Letrán, y esto fue causa de una disputa entre él mismo y el maestre Fernán Pérez, hacia fines de 1224, cuando el maestre expulsó a Don Gil y sus amigos del convento, ocupó tierras y dio el priorazgo a un clérigo llamado Gómez. Don Gil apeló a Roma y Honorio III mandó a los obispos de Burgos y Palencia y al obispo electo de Calahorra que investigasen la cuestión, alojando mientras tanto a los clérigos expulsados en monasterios vecinos. Don Gil se refugió entonces en San Pedro de Arlanza, y fundó una hermandad espiritual entre aquel monasterio y su propia casa. Los jueces oyeron el pleito después de algún retraso, causado por la dimisión de Fernán Pérez y la elección como maestre de don Pedro González.

XII. PEDRO GONZÁLEZ MENGO.

Gran maestre de la Orden desde enero de 1227 al 6 de diciembre de 1237.(Calendario de Uclés.) Nacido en Aguilar de Campos (Palencia). Al ser nombrado maestre gozaba de la encomienda mayor de Castilla. Durante su maestrazgo la paz de la Orden se vio alterada por la muerte de Alfonso IX y el conflicto planteado entre los caballeros defensores de los derechos sucesorios de sus hijas (Sancha y Dulce) y aquellos que seguían a Fernando III, apostando por la unión castellano-leonesa restablecida por la mediación del legado apostólico D. Juan de Albanilla. La unión castellano-leonesa sería realmente muy posotiva para la expansión hacia el sur (encomienda de Hornachos), destacando elpapel de la Orden en la conquista de Jerez de la Frontera. El día de San Jorge del año 1227 cayó la ciudad de Cáceres, que otros historiadores colocan dos años más tarde. Fueron los protagonistas del hecho, el rey Alfonso IX y los tres Maestres de Alcántara, Santiago y Calatrava. Por la distribución que se hizo del término vemos que éste también es conquistado hasta "Montanchez y Trujillo que son de Moros". La postrera y más importante campaña de Alfonso IX, la que decidió el dominio del valle del Guadiana. Pasada la Navidad de 1229, partió de Alba de Tormes con un fuerte ejército en el que formaban con sus caballeros, los maestres del Temple, Alcántara y Santiago. Se apoderaron de Montánchez y seguidamente sitiaron Mérida. La que había sido la gran ciudad romana, y continuó siéndolo bajo los visigodos, había decaído como consecuencia de sus levantamientos contra el Califato y la instalación de la capital de los aftasidas en Badajoz, pero tenía aún importancia. Ésta fue la razón de que Aben Hud reuniera un gran ejército para socorrerla. Al encuentro de éste salió Alfonso IX y así tendrá lugar la mayor batalla del siglo XIII en Extremadura. De ella nos dice el cronista de Mérida Moreno de Vargas: "En 1232, organizaron el definitivo rescate de Trujillo el Obispo de Plasencia D. Domingo, el Maestre de Alcántara D. Arias Pérez, el de Santiago D. Pedro González Mengo, el del Temple y el de los Hospitalarios, y vinieron a reforzar sus huestes desde Toledo, donde a la sazón estaban establecidos, los hidalgos de aquella familia Añasco que se dice residió en Trujillo en la etapa visigoda. Las tropas se lanzaron al asalto en las primeras horas de la mañana del día 25 de enero del citado año, y tras de sangrienta y enconada lucha se apoderaron de la plaza. Una piadosa tradición atribuye el triunfo al favor de la Santísima Virgen, que se dice apareció sobre los almenados muros". Hacia el año 1233, el partido judicial de la Algarrobilla quedaba despoblado, dado que los cristianos mozárabes se marchaban hacia el norte con las tropas Cristianas y los árabes se dirigían hacia el sur en retirada con sus tropas. Para volver a repoblar el partido judicial, el Arzobispo D. Bernardo II y el Maestre de Santiago D. Pedro González Mengo firman en el año 1255 un fuero que sentaría las bases para el reparto, pastoreo, cultivo y aprovechamiento de montes y tierras, dando facilidades a los nuevos habitantes de las aldeas del Partido Judicial. En 1233 decidió someter a los clérigos de San Marcos, como acababa de someter a los de Uclés. Sustituyó al Prior Rodrigo Fernández, pero los clérigos, al igual que hicieron los de Uclés, huyeron llevándose la plata de la iglesia. El maestre apeló al Papa y, finalmente, el obispo de Astorga oyó el pleito, decidiéndolo a favor de los clérigos a pesar de la presión ejercida por el rey y otros nobles a favor del Maestre. En 1234, ayudado por Caballeros de Alcántara y tropas de Coria y Plasencia, participa en la conquista de Hornachos. El Maestre D. Pero González Mengo, en 1234, mandó edificar un nuevo poblado en sitio muy cercano sobre una majada de pastores, poniéndole por nombre "EL CAMPIELLO", poniéndolo bajo el mando del primer Comendador de Hornachos. En 1236 con el capítulo general de Zamora, otorgó fueros a Montánchez.Murió en el cerco de Alcaraz. 

XIII.RODRIGO YÁÑEZ (también RODRIGO IÑIGUEZ).

Gran maestre de la Orden desde el 25 de noviembre de 1239 al 30 de noviembre de 1242.(Calendario de Uclés.) En su época, la Orden participó activamente en expediciones hacia Extremadura y el Algarve portugués. En 1239 reconquistó el castillo de Hornos de Segura y arrebató a las huestes de Beni Hud el castillo de Cazorla. En el mismo año, logró "la permuta de la Villa de Beas" por una serie de lugares en la diócesis de Osma a favor del mencionado obispo en 1239. En 1241 conquistó Villagarcía, en Extremadura. En abril del mismo año participa en la reconquista de Guadalcanal, que llevan a cabo los caballeros de la Orden de Santiago. Por tal motivo Fernando III el Santo les donó la Villa. También en 1241 el maestre santiaguista Rodrigo Yañez ganó para los cristianos, el poblado de Usagre a los árabes. RUINAS DEL CASTILLO DE HORNOS DE SEGURA (JAEN) (FOTO:J.C. FDEZ. LÓPEZ (WWW.CASTILLOS.NET)) En Agosto de 1.241 la hueste santiaguista ganaba Huéscar y si la Orden no siguió adelante fue porque su maestre fue llamado por los jueces apostólicos a Valladolid para resolver su contienda con el Arzobispo de Toledo, don Rodrigo. En 1242, el castillo de Segura de la Sierra, fue donado al maestre de la Orden por el rey Fernando III. En el mismo año, junto al concejo de Cáceres, delimitaron los términos entre ésta ciudad y Montánchez Rodrigo Yáñez fue uno de los principales impulsores de la ganadería en la Orden, estableciendo los señoríos jacobeos a lo largo de las cañadas principales. Rodrigo Yáñez dejó el maestrazgo de la Orden por voluntad propia, aquejado de una grave enfermedad.

XIV. PELAY(O) PÉREZ CORREA.

Gran Maestre de la Orden desde el 15 de febrero de 1243 al 8 de febrero de 1275.(Calendario de Uclés.) Pelayo Pérez de Correa, (Capitán portugués, apodado El Josué Portugués). Nació a principios del siglo XIII y murió en febrero de 1275, el mismo año en que los meriníes desembarcaron en la península y comenzaron sus ataques contra Andalucía, y el mismo año también en que murió el infante heredero del trono, Femando, cuando acudía a hacerlos frente. Se distinguió en las guerras contra los moros. En el año 1230 Siles fue conquistado por los caballeros de la Orden de Santiago al mando del maestre Pelay Pérez Correa, y pasó a engrosar el extenso señorío de la Orden con sede en Segura de la Sierra. En 1242 Pelayo Pérez Correa ganaba Chinchilla y desde Huéscar obtenía Galera, Orce, Castalla, Itur, Cuevas de Almizra y Color; plazas que el Infante don Alfonso concedía a la Orden por privilegio dado en Toledo el 15 de febrero de 1.243. La primera presencia de origen portugués en relación con Granada se remonta al acto mismo de constitución del emirato pues, en aquel momento, entre los dirigentes políticos y militares que acompañaban a Fernando III se encontraba el maestre de Santiago Pelayo Pérez Correa, que había participado en el cerco de Jaén, cuya entrega por Muhammad I fue la condición previa para aceptar el reconocimiento del nuevo emirato. Sabemos que, después del cerco de Jaén, el maestre aconsejó al rey proceder al ataque directo contra Sevilla; seria muy extraño que no hubiera dado también consejo a Femando III en relación con la cuestión de Granada. Pero también es cierto que Pelayo Pérez Correa había abandonado sus actividades portuguesas desde que fue elegido maestre de Santiago, en 1242, y, en especial, después de la posible ayuda que prestó a Afonso III para sustituir en el trono a su hermano Sancho II; sus actividades y su personalidad política se expresaron en un escenario hispánico general, ya que también ayudó a Jaime I de Aragón en su proyectada expedición a Tierra Santa en 1269. Pero el maestre de Santiago actuó sobre todo en las zonas de guerra y frontera, esto es, en Murcia -cuya primera conquista protagonizó junto con el infante heredero Alfonso en 1243- y Andalucía. Su papel en la conquista de Carmona, Alcalá de Guadaira y Sevilla, donde tuvo a su cargo el cerco del arrabal de Triana, es bien conocido (1247-1248), así como la aportación de dinero y el apoyo militar que los santiaguistas hicieron para sofocar la revuelta mudéjar andaluza y murciana de los años 1264 a 1266: el maestre estuvo en Orihuela y acompañó a Jaime I cuando éste recuperó el reino de Murcia para su yerno Alfonso X de Castilla, mientras otros caballeros de la Orden de Santiago resistían en Lorca y en Huércal, donde tuvo el mando Martim Anes do Vinhal. Pelayo Pérez Correa alcanzó una fama como caballero de pro casi comparable a la que rodeaba al conde de Castilla Fernán González y al Cid Rodrigo Díaz; junto con ellos aparece mencionado en textos bajomedievales, como modelo de proeza y caballería cristiana, e incluso, para afianzar mejor esta imagen, se tejió la leyenda del milagro de la Virgen de Tentudía. Estuvo luchando en la conquista de Sevilla con el rey Fernando III. Entró después al servicio de Alfonso III de Portugal, a quien ayudó en la conquista del reino de los Algarbes y fue nombrado para señalar los límites de los reinos de Portugal y de León. Fue el Maestre con el que la Orden alcanzó el cenit de poder e influencia, hasta el punto de que a instancias suyas, Fernando III decidió poner sitio a Sevilla. Los pendones de Santiago, a su mando, son los primeros que ondean en la gran ciudad de Sevilla, recién conquistada por el rey Santo, por expreso deseo de éste, en premio de la heroica conducta de los caballeros jacobeos. La conquista de ésta ciudad permitió a la Orden iniciar su política marítima encaminada a extender las conquistas al norte de África, para lo cual se dedicó a la construcción de una flota de guerra con la que apoyaron a Alfonso X en la conquista de Salé. PELAYO PEREZ CORREA. MEDALLÓN DE LA PLAZA MAYOR DE SALAMANCA. Otra de las leyendas que envolvieron a su persona fue la del manantial de la amistad. En el año 1248, la ciudad de Sevilla estaba en poder de los almohades, que habían sucedido a los almorávides en el poder de Al-Andalus. Las tropas de Fernando III asediaban la ciudad sevillana desde varios flancos. En el sur montaron un gran campamento donde el Maestre D. Pelayo Pérez Correa, enfermo por las heridas de una flecha enemiga, recordaba los últimos años de continuas guerras. La fiebre le hacía soñar una mezcla de imágenes de las batallas y de la paz: veía cómo era investido gran maestre de la Orden de Santiago en Mérida…, de pronto aparecía en el sueño la Cruz de Santiago goteando sangre..., cabezas cortadas de musulmanes rodaban a sus pies..., también veía en sus sueños al Infante D. Alfonso (sería Alfonso X de Castilla a quién serviría durante años)...,la imagen del infante se mezclaba con la de su padre, el rey Fernando III en uno de sus ataques de hidropesía...,finalmente el sueño le hacía evocar la infancia, en su tierra portuguesa donde pasaba sed, mucha sed... despertaba bruscamente pidiendo agua. Al cuidado del Maestre D. Pelayo estaba Juan de Osuna, quien humedecía los secos labios intentando calmar su sed. El caluroso verano de 1248 hacía muy dura la conquista de Sevilla. Llevaban varios meses combatiendo sin descanso, desde el año anterior. Atrás quedaban los recuerdos de tantas ciudades: Cabra, Marchena, Zafra, Morón. Todas pasaron a la corona de Fernando III y ahora quedaba Sevilla. Como la fiebre no bajaba y el Maestre seguía delirando, su asistente Juan de Osuna decidió llamar a Omar, un musulmán de los quinientos que el Rey de Granada había enviado para ayudar a Fernando III. Decían que Omar tenía poderes como un médico y había sanado a muchos heridos. Cuando el musulmán llegó a los aposentos de D. Pelayo pidió que les dejaran solos. Tomó la mano derecha del Maestre y mirando fijamente a sus ojos dijo unas frases en árabe. Durante dos días el musulmán hizo varias visitas repitiendo el rito. El contacto de Omar resultó para D. Pelayo milagroso, ya que fue sanando progresivamente y lo más sorprendente es que cada vez que cogía la mano del Maestre la sed desaparecía sin necesidad de beber agua. Cuando por fin D. Pelayo se sintió completamente sano, agradeció los cuidados de Omar y le nombró caballero personal, manteniendo una verdadera amistad. Le resultaban admirables los poderes que tenía, ya que cuando Omar estaba a su lado, bien fuera, bien en la batalla con el calor y el cansancio, nunca tenía sed. Pero la gran amistad del Maestre y el musulmán no era bien vista por todos los guerreros. Algunos murmuraban que no era bueno para la fe cristiana ni para los objetivos de conquistar Sevilla. Una noche, cuando Omar regresaba a su tienda, fue atacado por dos de los combatientes cristianos que le envidiaban. El cuerpo del musulmán fue atravesado por las traidoras espadas y quedó agonizando cerca del campamento bajo la luna sevillana. Al día siguiente todos los que formaban el campamento despertaron con tal sed, que bebieron toda el agua que había en los cántaros, dejando vacíos todos los recipientes. Don Pelayo, quien también sufrió la sed hizo llamar de inmediato a su amigo Omar, pero el árabe no estaba en su tienda. Después de buscar por todo el recinto militar y alrededores llegó la triste noticia: había sido encontrado muerto cerca del campamento, entre unos árboles completamente desangrado. Al ver el cadáver de su amigo D. Pelayo juró venganza para los traidores y rápidamente comenzó a hacer averiguaciones sobre los asesinos, pero todo resultó inútil ya que nadie sabía nada respecto a la muerte del árabe. Sumido en una profunda tristeza, D. Pelayo recordaba los buenos momentos que pasó junto a Omar, mientras el ejército comenzaba a pasar cada vez más sed ya que no había agua y el calor era más agobiante. Al atardecer, el bochorno del verano no descendía y cuando iban a dar sepultura a Omar, comunicaron al Maestre las defunciones de dos soldados completamente deshidratados, que antes de morir habían confesado su participación en el asesinato de Omar. Ante la tumba de su amigo, D. Pelayo inclinó las rodillas y dijo la siguiente plegaria: ¡Descansa en Paz amigo Omar, que tu dios Alá te de la gloria, ya se hizo justicia con tus asesinos! ¡Ojalá llegue el día en que los hombres puedan vivir juntos sea cual sea su Dios y aunque el color de la piel y costumbres sean diferentes!. Pronunciando esto clavó enérgicamente su espada en la tierra brotando de la brecha que hizo, un manantial de agua que, poco a poco, comenzó a inundar los alrededores del campamento. El manantial abasteció sobradamente las necesidades del ejército de Fernando III, pudiendo tener agua durante los meses de asedio a Sevilla sin ninguna escasez. El prodigio causado por la espada de D. Pelayo fue rápidamente extendido y comentado entre las tropas, quienes llamaban al lugar "El manantial de la amistad", sin embargo los futuros intereses de algún monarca de las dinastías venideras lograron cambiar el nombre del lugar por otro más útil a sus deseos totalitarios, el nombre pasó a ser "La Fuente del Rey", atribuyendo el fenómeno acaecido a otros intereses completamente distintos a los de la amistad entre los hombres. Existe aún hoy la leyenda que dice que los que acuden al manantial mantienen su amistad para siempre.

XV. GONZALO RUY(I)Z GIRÓN (también GONZALO RODRÍGUEZ GIRÓN).

Gran maestre de la Orden desde 1275 a 1277.(Calendario de Uclés.) Gonzalo Ruiz Girón fue hijo de Ruy González Girón, señor de Cisneros, Villanueva del Río, Villasner, Cordovilla, Villanemar y Villafalcón, títulos que pasaron después a Gonzalo. Estuvo casado tres veces; la primera, con Elvira Díaz de Castañeda, hija de Diego Gómez de Castañeda, con quien tuvo un hijo llamado también Ruy González Girón; después con Sancha Ruiz (o Rodríguez) y más adelante con Marquesa Pérez, y en total tuvo quince hijos. Fue mayordomo del rey Alfonso IX de León (1188-1230). Al morir su primera esposa, y también por su carácter guerrero, entró en la Orden de Santiago de la Espada, y fue comendador de Ocaña, León y Castilla. Confirmó privilegios en 1200 y 1216. Fundó un monasterio del Císter en Saldaña. En 1221 recibió de Fernando III de Castilla (1217-1252) el señorío de Autillo de Campos por proteger a su madre Doña Berenguela de los Lara (1217). En 1222 fundó en Carrión de los Condes el hospital de la Herrada, establecimiento de asistencia a los peregrinos jacobeos y otros viajeros, al que dotó con algunas de sus propiedades, como la iglesia de Quintanilla de Onsoña. Se le dio ese nombre porque a su puerta había una herrada o cubo con agua para los peregrinos, aunque algunos lo atribuyen a la forma de arco de herradura de la puerta principal. En 1274 concedió el Fuero de Montiel, donde se hacía entrega de Cózar y Alcubillas a Montiel. En 1275, ya anciano, ocupó el maestrazgo de la Orden sucediendo a Pelayo Pérez de Correa. Tras la de éste, la Orden cayó al punto más bajo de su fortuna. Tras el duro maestrazgo de Pelayo Pérez, muchos freiles andaban contrariados y se hicieron reformas importantes que Gonzalo Ruiz tuvo que acatar para poder acceder al maestrazgo: el maestre no debería poseer el sello del capítulo general y debería entregar el suyo propio, símbolo de su autoridad, a los consejeros en cada capítulo general. Debería aceptar visita como los otros freiles; no debería quitar caballo, mulo ni armas a ningún freile, ni enajenar propiedades a laicos, ni admitir en la Orden personas que no fuesen hidalgos; y debería dar a los freiles pobres todos los ingresos que le sobrasen. Este mismo año firmó un privilegio por el que entregaba de por vida las aldeas a los caballeros que las fundasen, impulsando así la repoblación de áreas deshabitadas y la fundación de nuevas localidades. Expide en el año 1275, una carta privilegio por la que entrega de por vida las aldeas de La Algarrobilla a los caballeros y Comendadores de la Orden de Santiago que las fundasen, dando así el impulso necesario para la repoblación de las áreas deshabitadas y para la fundación de nuevos emplazamientos habitados. Murió de las heridas recibidas en Alcalá de Buenzoide en 1280. Encontró su fin a causa de una imprudencia o un acto de temeridad, según se mire. Tal como dice la Regla de 1565, "matáronle los moros entrando con el infante Don Sancho, hijo del Rey Alfonso X el Sabio, a la Vega de Granada. Su muerte fue cosa muy señalada, y digna de eterna memoria para nuestra Orden, y generalmente para todos, y de ninguna manera podemos celebrarla mejor que con las mismas palabras de la crónica de aquel Rey, que son las que siguen:" Mandó el infante Don Sancho a Don Gonzalo Ruyz Girón, Maestre de la cavallería de la Orden de Sanctiago, y a don Gil Gomez de Villalobos, abad de Valladolid, y a Fernán Enríquez, y dioles gran compañía de concejos que fuesen con ellos a guardar los hierberos, y alos que van por leña y hierba para el Real. Y llegaron a un castillo de moros que dicen Moclín, que está a dos leguas de Alcalá, y tornáronse los hierberos a ponerse a salvo en el real". RUINAS DEL CASTILLO DE MOCLIN (GRANADA) (FOTO:RAMÓN SOBRINO TORRES (WWW.CASTILLOS.NET)) "Y ellos que se tornaron, aparecieron, cerca del castillo de Moclín, cien caballeros moros, y desde que los vio este maestre, Don Gonzalo Ruyz Girón, como era hombre de muy gran corazón, no atendió a ninguno de los otros, ni a su misma gente, y fue a cometerlos con muy poca compañía. Y los moros, desde que le vieron venir, comnezaron a huir, y le llevaron a una celada en la que estaban mil caballeros moros; y desde que fue descubierta la celada, llegaron tras ellos hasta el real. Y mataron este día entre caballeros y hombres de pie, bien dos mil ochocientos, y murieron los que más los freyles de la Orden de Santiago, y capturaron a caballeros y otros muchos. El infante Don Sancho, cuando lo supo, tomó una azcona en l mano, y salió en un caballo y anduvo todo el real, y mandóles que estuviesen todos quietos, y pasó el domingo. Y el lunes que era día de San Juan, estando muy mal herido el maestre don Gonzálo Ruiz Girón, mandóle el infante don Sancho que se volviese para Alcaudete y se cuidara; y este lunes día de San Juan, se montó en unas andas para irse a Alcaudete. Tan grande fue el espanto que el resto de la gente tuvo por la muerte de estos hombres que los moros mataron, que los hombres del real se marchaban con él. El infante Don Sancho, desde que lo supo, fue a buscarle y le mandó que volviera, y le dijo que no quería que por su culpa, se marchara toda la gente del real, y se estorbase su entrada, por que había de entrar en la Vega. Y con esto fallaeció el maestre, y murió en esta entrada que el Infante hizo en tierra de moros, año de mil doscientos ochenta."

XVI. PEDRO NÚÑEZ (también PEDRO MUÑIZ, también PEDRO MARTÍNEZ).

Gran maestre de la Orden desde 1280 a 1286. Pedro Núñez, comendador de Castilla, fue maestre de una orden creada por Alfonso X, la de Santa María de España, que fusionó con la de Santiago para resarcir a ésta del desastre de Moclín. Por iniciativa de este maestre, la Orden de Santiago defendió los derechos altrono del infante Don Sancho, frente a Alfonso de la Cerda. Recibió la donación de Orcera, que perteneció hasta el 25 de noviembre de 1285 a la jurisdicción de Alcaraz, pasando en esas fechas a formar parte del Común de Segura y sus tierras a la Orden de Santiago y a su maestre, don Pedro Núñez, en calidad de arrabal de Segura, reservándose moneda foránea y justicia. Esta donación fue confirmada por otro Privilegio de Alfonso XI despachado en Alcalá de Henares con fecha 8 de abril de 1329. En 1.281 el mismo rey entrega a Pedro Núñez, maestre de la orden de Santiago, la villa de Cieza y sus castillos con todos sus términos, a cambio de la villa y castillo de Abaniella (Abanilla). La reutilización cristiana del castillo esta documentada también por el hallazgo de una moneda de Alfonso X el Sabio, tres de Fernando IV y una, dudosa, de Enrique II. En 1282, todas las Órdenes militares, excepto Alcántara, entraron en la rebelión fomentada por el Maestre de Santiago, Pedro Núñez.

XVII. GONZÁLO PÉREZ MARTEL.

Gran maestre de la Orden en 1286. Fue muy poco tiempo maestre, a principios del reinado del rey don Sancho el Bravo, en concreto, su maestrazgo duró sólo tres meses, ya que murió de una caída desde su caballo en septiembre de 1286.

XVIII. PEDRO FERNÁNDEZ MATA.

Gran maestre de la Orden desde 1286 a 1293. Fue elegido maestre el 25 de noviembre de 1286, y se vio obligado a defender los intereses de Sancho IV, frente a las pretensiones de los Infantes de la Cerda, que se hicieron fuertes en Badajoz. En tiempos de este maestre se comenzaron las contiendas con el maestre de Portugal, que había sido elegido por facultad del Papa Nicolás IV. Siendo maestre Pedro Fernández Mata se descubrió la Virgen de los Llanos: "Un tal Domingo, vecino de la Puebla del Aljibe, labrando un día su haza, cuando llegó al lugar donde ahora está el altar de la Virgen de Santa María se le trabó el arado y cuando lo pudo sacar encontró allí mismo una virgen de cobre fecha en forma de Santa María con su fijo en los hinojos, que no ha en ella más que tres dedos en luengo, la cual cruz e imagen está en la iglesia oy día. Era el año del señor de 1290, siendo Papa Nicolás IV, rey de Castilla don Sancho El Bravo, maestre de Santiago don Pedro Fernández mata y prior de Uclés Fray Yagüe".

XIX. JUAN OSÓREZ. 

Gran maestre de la Orden desde 1293 a 1311. Fue maestre desde 1293 hasta su renuncia en 1310. Le tocaron difíciles momentos de la sucesión de Sancho IV, en la que todos los reinos peninsulares, con el apoyo de Francia, se pusieron contra doña María de Molina, regente en nombre de Fernando IV. Esta situación fue aprovechada por los musulmanes, a los que tuvieron que hacer frente los santiaguistas, cuyo maestre tuvo el título de "Adelantado de Andalicía";la campaña concluyó con la toma de Gibraltar en 1309. En 1293 se concede a Aledo el fuero de Lorca, por el maestre Juan Osorez, lo cual es síntoma del interés de la Orden santiaguista por frenar la baja poblacional mudéjar de Aledo y su término mediante una colonización cristiana. Hacia finales de noviembre de 1300, el maestre, haciéndose seguramente eco del sentir de muchos de sus vasallos, se quejó a Jaime II de que Bernat de Sarrià hubiese requerido la participación de los lugares santiaguistas de Murcia en la guerra contra Castilla. La respuesta del monarca aragonés a Juan Osórez fue inmediata y contundente, recordándole que cuando los reyes de Murcia, sus antecesores, dieron estos lugares a la Orden de Santiago, exigieron de ellos fidelidad en la paz y en la guerra, por lo que él, que era rey y señor de este reino, debía ser correspondido por ellos con la misma lealtad; además, le decía que, aún cuando sostenía guerra con Castilla, él no obligaba a los freires y religiosos de Santiago que estaban en Murcia a ir a las huestes y cabalgadas, sino únicamente convocaba a los legos y a los habitantes de los lugares de su Orden, declaración que el mismo día el monarca también transmitió al comendador de Ricote. El día 22 de abril el maestre Juan Osórez, con 500 hombres a caballo, 4.000 peones, (más de los que se esperaba), y un número indeterminado de ballesteros, entraron en Cieza (Murcia) por la noche, matando a muchos vecinos y haciendo prisioneros, entre otros, a don Ato de Lesu y a su compañía. El ataque fue comunicado a Jaime II al día siguiente por el concejo de la ciudad de Murcia, el cual avisó al monarca que había muchos más castellanos que se disponían a entrar en el reino. En 1294, el papa Celestino revocó la facultad que el papa Nicolás había dado a los de Portugal para ordenar maestre, y lo mismo mandó el papa Bonifacio VIII en 1295. En 1310 renucnció a su cargo, tras el Capítulo General de Mérida, y depsués de haber sido convocado al concilio de Viena, al que no quiso asistir porque se pretendía abolir la Orden del Temple. Al Capítulo General de Mérida acudió también el comendador de Portugal, aunque la separación de la Orden siguió en pie, en un momento de gran dificultad para las órdenes militares, por las críticas de que eran objeto a causa de su poder y riqueza; precisamente para contradecir estas críticas se aprobarían unos estatutos muy severos. Con el de Mérida se rompe la secuencia de Capítulos Generales, que no vuelven a convocarse hasta el maestrazgo de Lorenzo Suárez de Figueroa, ya en el siglo XV.

XX. DIEGO MUÑIZ (también DIEGO NÚÑEZ).

Gran maestre de la Orden desde 1311 a 1318. Este maestre participó en la campaña de Andalucía, en la que murió Fernando IV, el 7 de septiembre de 1312, y le sucedió Alfonso XI, bajo la regencia, de nuevo de María de Molina. En su tiempo, los portugueses volvieron de nuevo a elegir maestre propio en la figura de Lorenzo Anes, lo que fue condenado por Juan XXII en una bula de 15 de mayo de 1317. El 22-2-1315 Diego Muñiz, gran maestre de la Orden de Santiago, le concedió el privilegio de Villa a Corral de Almaguer. Fernando IV le nombró alcalde de los moros de la Arrixaca (Murcia). Dio fueros a la villa de Totana (Murcia). En 1318 se resuelve un pleito en el que Pedro Gómez, alcalde de Ricote y Ojós se negaba a entregar esos castillos al maestre García Fernández, por haber prestado pleito homenaje con ellos al maestre Diego Muñiz con la promesa de mantenerlos en tenencia para el pago de una deuda contraída con anterioridad por la Orden. El pleito vincula sólidamente al maestre con el alcalde pero la relación se confundía con estrechos vínculos personales que identificaban la figura maestral con la persona del maestre Diego Muñiz; el Rey hubo de intervenir anulando el vínculo y restableciendo la relación lógica con la figura del nuevo maestre.

XXI. GARCÍA FERNÁNDEZ (también GARCI FERNÁNDEZ).

Gran maestre de la Orden desde 1318 a 1327. Fue maestre de la Orden durante nueve años, y renunció al maestrazgo por custiones de edad. Le tocó vivir la época de rivalidades desatadas en Castilla por la tutoría del rey Alfonso XI, que fue declarado mayor de edad a los 14 años. La Orden colaboró con el monarca en las campañas de Andalucía, aunque muchas veces, sin las presencias del maestre, debido a su ancianidad, que forzaría su renuncia en 1327.

XXII. VASCO RODRÍGUEZ CORONADO (también CORNAGO).

Gran maestre de la Orden desde 1327 a 1338. Ocupó el maestrazgo desde 1327 hasta su muerte, en febrero de 1338. Fue nombrado Adelantado Mayor de la Frontera por Alfonso XI y participó en la toma de Pruna, Olvera y Ayamonte; intervino también contra la rebelión de Don Juan Manuel, en la que muchos santiaguistas hallaron la muerte luchando en Villar de Cañas. Gozó de muchos privilegios, otorgados tanto por Alfonso IX de Castilla, como por Alfonso IV de Aragón, que autorizó al maestre a nombrar al gran comendador de Aragón. Durante su maestrazgo, la Orden siguió sufriendo los problemas derivados de la secesión de Portugal, que Juan XXII intento solventar con una bula otorgada en 1327, por la que se mantenía al maestre general de Castilla.

 XXIII. VASCO LÓPEZ.

Gran maestre de la Orden en 1338. Sobrino del anterior, fue elegido maestre en Mérida. Consciente del gran poder adquirido por la Orden, Alfonso XI decidió intervenir directamente en el nombramiento de maestre, haciendo destituir a Don Vasco, que huyó a Portugal con el tesoro de la Orden para ponerlo a salvo del monarca, y obligando a elegir a Alonso Méndez de Guzmán, en tanto que su hijo Fadrique llegaba a edad competente para asumir el maestrazgo. Se daba paso así a una nueva fase en la historia de la Orden, en la que las campañas contra los moros irían dando paso a la participación en los conflictos civiles castellanos y a la creciente intervención de la Corona; esta tendencia cilminará con la asucnión del maestrazo por los Reyes Católicos.

 XXIV. ALONSO MELÉNDEZ DE GUZMÁN.

Gran maestre de la Orden desde 1338 a 1342. Hijo de Pedro Núñez de Guzmán y Doña Beatriz Ponce de León, debió su ascenso en buena medida a su hermana doña Leonor, con la que el rey Alfonso XI tuvo una larga relación desde 1330 hasta su muerte. En 1.338, cuando el maestre Vasco López murió, Alfonso XI ordenó a la cúpula maestral elegir como maestre a Fadrique -un hijo bastardo suyo y de Leonor de Guzmán de tan sólo ocho años. Pero la Orden quería otro, el rey impuso entonces que se nombrara maestre al hermano de su amante Alonso Meléndez de Guzmán. Una vez conseguido esto asesinó al hermano y nombró maestre de Santiago a Fadrique. Una verdadera aberración del espíritu cruzado. En el año 1230 Siles fue conquistado por los caballeros de la Orden de Santiago al mando del maestre Pelay Pérez Correa, y pasó a engrosar el extenso señorío de la Orden con sede en Segura de la Sierra. Después de su conquista, Siles mantuvo su importancia estratégica, de lo que da cumplida cuenta el episodio el cerco de Yusuf I de Granada en 1339, con 1.500 caballeros y 6.000 infantes moros. El ejército cristiano al mando del maestre santiaguista Alonso Meléndez de Guzmán consiguió que los atacantes levantaran el cerco, que de haber tenido éxito habrían puesto en peligro no solo la marca santiaguista sino también al Adelantamiento de Cazorla. Murió en el sitio de Algeciras.

XXV. INFANTE DON FADRIQUE.

Gran Maestre de la Orden desde 1342 a 1358. Natural de Sevilla. Señor de Haro, Infante de Castilla, Hermano gemelo del Rey Enrique II. Hijo natural de Alfonso XI de Castilla. Fue elegido maestre con diez años de edad, y el Papa dispensó en la poca edad y en la bastardía, como aparece en el capítulo doscientos setenta y seis de la crónica del rey Alfonso, su padre. En 1355 Don Fadrique, Maestre de la Orden de Caballería de Santiago, concedió cierto privilegio a los lugares situados entre el Cigüela y el Guadiana de poder juntarse y reunirse en un ente político administrativo que se denominó Común de la Mancha. El Común englobaba pueblos y lugares que hoy pertenecen a las provincias de Toledo, Cuenca y Ciudad Real. Criptana, Pedro Muñoz, El Toboso, Almoradiel, Villanueva de Alcardete, Villamayor de santiago, Hinojosos, Mota del Cuervo, Puebla de Aljibe (Santa María de los Llanos), Corral de Almaguer, Horcajo, Pozorrubio, Puebla de Don Fadrique, Socuellamos, Tomelloso y Villaescusa de Haro. Quintanar fue su capital hasta 1609. Tomó parte, junto con sus hermanos Enrique y Tello, en la sublevación contra Pedro I el Cruel (1354-1356). A pesar de que nunca sintió verdadero amor por su esposa legítima, doña Blanca de Borbón, Pedro I El Cruel, mandó asesinar en 1358 al infante don Fadrique, gran Maestre de la Orden de Santiago, por haber cometido adulterio con ella; la escena tuvo lugar presumiblemente en la Sala de la Justicia de los Reales Alcázares de Sevilla. Este palacio de origen abbadí, el más antiguo de los monarcas castellanos, rezuma la personalidad de Pedro I, quien erigió nuevas estancias y camufló otras con una exuberante decoración mudéjar; una inscripción en la portada principal del Patio de la Montería nos aclara que: "el mui alto e mui noble et mui poderoso e mui conqueridor don pedro, por la gracia de dios rey de Castiella et de Leon, mando fazer estos alcázares e estos palacios e estas portadas, que fue fecho en la era de mil et cuatrocientos e dos" . La verdadera pasión hispalense del rey es evocada por el vulgo en los denominados Baños de Doña María de Padilla, en realidad unos aljibes situados bajo el Patio del Crucero de los Alcázares.

 XXVI.J(I)UAN GARCÍA DE VILLAGERA.

Gran maestre de la Orden desde 1358 a 1359. Era hijo de María de Padilla, amante de don Pedro I desde 1352 hasta su muerte, en 1361. En las cortes de Sevilla del año siguiente, el rey pretendió reconocer su unión con doña María, argumentando haber contraído matrimonio secreto, para lograr la legitimación de su descendencia. Fue maestre durante dos años, y le mató don Gonzalo Mexía, comandador de Castilla, cerca de Uclés, en la vega de Vilinchón. Fue maestre, porque lo hizo elegir el rey don Pedro, y dice la historia del mismo rey, que fue el primer maestre casado, por que ya lo estaba cuando le eligieron, consultada la Regla, vieron que sí podía estar casado.

XXVII.GARCÍ(A) ÁLVAREZ DE TOLEDO.

Gran maestre de la Orden desde 1359 a 1366. El Rey Don Pedro, una vez que supo que el maestre don Juan García de Villagera fue muerto, hizo elegir a don Garci Álvarez de Toledo, y el rey don Enrique, su hermano, en competencia, hizo elegir al comendador mayor de Castilla, don Gonzálo Mexía. Después, el rey don Enrique se concertó con don Garci Álvarez que dejase el maestrazgo, y de este modo quedo solo y de forma pacífica Gonzalo Mexía. García Alvarez de Toledo inició el señorío de los Álvarez de Toledo. Es en la historia de España, primer señor de la casa de los Álvarez de Toledo, componente de una familia señorial que ha dejado huella en el devenir de España desde mediados del siglo XIV. Contrajo matrimonio en segundas nupcias en 1340 con doña Estefanía, heredera de los señoríos de Valverde, Monroy y Talabán. Don García sirvió, en principio a D. Pedro I el Cruel, distinguiéndose en la guerra contra el rey moro Abu Said, conocido en la historia con el sobrenombre del Bermejo. Entre la multitud de cargos encomendados a D. García fue ser ayo de un hijo de D. Pedro, llamado Alonso, fruto de sus amores con Doña María de Padilla, que vino al mundo en Tordesillas, con gran alegría del rey, su padre. El mismo rey le dejó como tutor de su hija Beatriz hasta que tuvo la edad necesaria para casarse con el príncipe Fernando, hijo del rey de Portugal. En 1359 es elegido Maestre de la Orden de Caballería de Santiago, pero cuando Enrique II de Trastámara, hermano bastardo de Pedro I, se subleva contra éste, se pasa al bando contrario. Después de tres años de intensas luchas, Enrique II mata a su hermano en Montiel, en 1369. El nuevo rey propone a D. García que ceda el maestrazgo de Santiago a favor de D. Gonzalo Mexía, y, en señal de gratitud, por éste y otros servicios le hace donación de los señoríos de Cabañas, Jarandilla, Oropesa, Tornavacas y Valdecorneja; con estos señoríos reseñados más las propiedades de su mujer forman un pequeño imperio que domina gran parte de la zona norte y sur de la Sierra de Gredos, una extensión aproximada de uno 4.000 Km. cuadrados. También le pertenecía la escribanía y la martiniega de aldeas tributarias. En 1370 muere en Ciudad Rodrigo a consecuencia de las heridas sufridas en la defensa de la plaza en unión de los reyes. ALONSO LÓPEZ DE TEXEDA.Maestre electo, no confirmado. "En tiempo de Gonzalo Mexía, fue elegido maestre Alonso López de Texeda, señor de Texeda, como parece en San Francisco de Salamanca, en su sepultura. Parece ser que al saber el rey don Pedro que don García Álvarez se habría concertado con don Enrique, su hermano y dejado el maestrazgo, hizo elegir maestre a este caballero que seguía su partido. No aparece como maestre, puesto que nunca fue confirmado, y así lo llaman en su sepultura, sólo electo, y tampoco se le cuenta como maestre por habver sido elegido en tiempo de otro que sí lo fue enteramente. Pero no podemos dejar de hacer mención sobre él, puesto que sí tuvo el nombre de maestre".

XXVIII. GONZAL MEXÍA (también GONZALO MEJÍA).

Gran maestre de la Orden desde 1359 a 1370. El 3 de abril de 1367 Gonzalo Mejía, maestre de la orden de Santiago, entregó al castellán de Amposta el lugar de Villanueva, a condición de que el castellán lo tuviese mientras siguiese al maestre de Santiago. Durante su maestrazgo, los partidarios de Enrique de Trastamara que toma el título de Rey Enrique II, son derrotados en Nájera por las tropas de Pedro I y el Príncipe Negro, quien manda un grupo de arqueros mercenarios ingleses. Tras la muerte del infante Don Fadrique, el Rey, nombró en su lugar a Juan de Villaguera y Padilla, hermano de la favorita del Rey, Doña Marta de Padilla; pero los caballeros de la orden se negaron a reconocerle y desde Uclés salió a su encuentro Gonzal Mexía, comendador mayor de Castilla, en el término de Tarancón, aldea entonces de Uclés, se da la batalla falleciendo Padilla en la lucha el 7 de noviembre de 1355.

XXIX. FERNANDO OSÓREZ (también FERNANDO OSORIO).

Gran maestre de la Orden desde 1370 a 1382. Hijo del comendador de Montalbán, Fernán Gómez de Albornoz. Fue confirmado maestre por el papa Gregorio XI, en el primer año de su pontificado. En su tiempo, la Orden recibió la posesión de Jerez de los Caballeros, y en nombre de ésta su vigésimooctavo maestre D. Fernando de Osorez, según el privilegio de donación otorgado en Sevilla a 25 de Diciembre de la era 1408 (año 1370). Por él cede el Rey a la Orden "la villa de Jerez cerca de Badajoz, con términos, señorios, ...[...]. Algún que otro historiador extremeño ha afirmado que la Orden de Santiago pobló Jerez con muchas familias de linaje y que debido a la abundancia que entonces hubo de familias ilustres en su vecindario recibió el nombre de Jerez de los Caballeros. Esta afirmación es un error pues esta denominación, que comenzó cuando la población recibió el título de ciudad, fue debida a haber pertenecido primero a los Caballeros del Temple y después a los de Santiago. VISTA DE JEREZ DE LOS CABALLEROS (BADAJOZ) Lo más trascendental en el maestrazgo de Fernando Osórez fue su lucha en Portugal a favor de Enrique II, cuando este reino se puso de parte de la duquesa de Lancaster, hija de Pedro I, que tenía pretensiones al trono. Aquella guerra ahondó las discrepancias entre la Orden de Santiago portuguesa, con su maestre Gil Fernández Carvalho a la cabeza, y la española. Al matar los santiaguistas de Castilla a varios caballeros portugueses en el cerco de Lisboa, la Orden fue excomulgada. La muerte de Enrique II, en 1379, no calmó los ánimos. Durante su maestrazgo, Fernando Osórez mandó hacer un nuevo pendón que fue bendecido por el papa Gregorio XI en la ciudad de Marsella, el 29 de septiembre de 1376, razón por la que fue conocido como pendón romano; la forma era similar al anterior: un confalón de damasco encarnado, con un Santiago matamoros sobre caballo blanco y una cruz grande, blanca, de brazos iguales terminados en flor de lis, sobrecargada con cinco veneras de oro y otras cuatro más en los ángulos.

XXX. PEDRO FERNÁNDEZ CABEZ(Ç)A DE VACA. 

Gran maestre de la Orden desde 1382 a 1384. Murió de peste en Lisboa,en las guerras con Portugal. El primero de los Maestres de Llerena fue el infante don Fadrique (1342-1358), hermanastro del rey Pedro I el Cruel, sucediéndole don Pedro Fernández Cabeza de Vaca (1382-1387). Fundó Cabeza de Vaca, en Extremadura. El núcleo fue fundado a finales del siglo XIII por el Maestre de la Orden de Santiago Don Pedro Fernández Cabeza de Vaca, que dio el nombre al caserío original, que en principio fue Cabeza de Vaca de León. 

XXXI. PEDRO M(O)UÑIZ DE GODOY.

Gran maestre de la Orden desde 1384 a 1385. Tras la muerte de Cabeza de Vaca, se produjo una división entre los santiaguistas, en el propio campo de batalla, de manera que unos eligieron a Pedro Ruiz de Sandoval, comendador de Mérida y otros a Rodrigo González Mexía, comendador de Segura. La escisión no se consolidó por que también ambos murieron de peste en el mismo año. Pedro Muñiz de Godoy pasó de ser maestre de Calatrava, por voluntad de Juan I a ser maestre de Santiago, lo que provocó no pocos descontentos entre algunos sectores de ambas órdenes, por entender que había contradicción entre las Reglas de ambas. En 1378 don Pedro Muñiz de Godoy cedió Cogolludo a Enrique II, y éste a su hija bastarda doña María cuando se casó con don Diego Hurtado de Mendoza. Participó en las guerras entre Juan I de Portugal y Juan I de Castilla, que desembocaron en el desastre de Aljubarrota en 1385, batalla tras la que los portugueses atacaron Extremadura, en cuya defensa, en concreto en la batalla de Valverde, murió el maestre.

XXXII. GARCÍ(A) FERNÁNDEZ DE VILLAGARCÍA. 

Gran maestre de la Orden desde 1385 a 1387. En su tiempo continuaron los problemas sucesorios en Castilla, por las pretensiones al trono del duque de Lancaster, sustentadas en su matrimonio con Constanza, hija de Pedro I y María de Padilla, que se solventarían con el matrimonio del hijo de Juan I, futuro Enrique III, y Catalina de Lancaster, hija del duque. Partidario de los Trastámara, sirvió con lealtad a Enrique II y a su hijo Juan I. El Rey D. Juan I, en premio a sus lealtades al rey Enrique II, le hizo merced en 1.386 del Señorío autónomo de Villagarcía. Para ello, hubo, que segregar Villagarcía de la jurisdicción de la Orden de Santiago, lo que se hizo mediante una permuta del Rey D. Juan con dicha Orden, dando aquel a ésta, diez mil maravedíes por juro de heredad en cada año. Don Enrique García Fernández de Villagarcía construye el castillo de Villagarcía de la Torre, se convierte en el patrono de la capilla mayor de la iglesia de Santa María y decide ser enterrado en ella. Funda en Llerena la Iglesia de La Granada, de cuya primitiva fábrica se conserva la puerta gótica del perdón y algunos elementos interiores de la torre mudéjar que se eleva sobre cuatro puntos.

XXXIII. LORENZO SUÁREZ DE FIGUEROA.

Gran maestre de la Orden desde 1387 a 1409. Durante el prolongado maestrazgo de Lorenzo de Figueroa, la Orden pudo reorganizarse y recuperar su prestigio tras las turbulencias pasadas. Este maestre hizo Capítulo General en Murcia, fundó el Convento de Santiago de la Espada, en Sevilla, en 1405. Su cuerpo fue strasladado, tras morir en Ocaña, a dicho convento para su inhumación, hasta que en la desamortización del siglo XIX fue trasladado a la iglesia de la Universidad hispalense. En Alcazaba (Badajoz) mandó edificar entre 1387 y 1410 el Palacio del Duque de Feria en el siglo XV, pasando posteriormente al Conde de La Roca. El noble linaje de los Suárez de Figueroa recibirá el título de Duque de Feria, dando personajes de gran influencia política a distintos reinados, como don Lorenzo Suárez de Figueroa y Mendoza, que fue embajador de los Reyes Católicos en Roma y Venecia. Don Lorenzo Suárez de Figueroa, Maestre de Santiago, fijó su mirada en el castillo de Feria para asentar allí las bases, tantas veces soñadas, de un poderoso feudo: el Señorío de Feria, que le sería concedido a su hijo, don Gómez, por Enrique III, en 1394. En el año 1395 el pueblo de Villalba de Los Barros, su término y el castillo fueron comprados en 100.000 maravedíes por el Maestre santiaguista Lorenzo Suárez de Figueroa para incorporarlo al recién creado señorío de Feria, compuesto entonces todavía tan sólo por Zafra, Feria y La Parra. Pronto, por el auge que el pueblo comenzara a adquirir en virtud de las franquicias y derechos concedidos a sus habitantes, así como para premiar los servicios que éstos prestaron a la Orden de Santiago en sus campañas por esta región, el maestre Don Lorenzo Suárez de Figueroa, el 6 de Junio de 1305, fundó la Vicaría de Guadalcanal, con lo que se emancipó de la de Tentudía, a la que sólo acudiría en grado de apelación. El Ayuntamiento de la aldea de Tarancón nace el 25 de mayo de 1403 cuando el Maestre de Santiago, D. Lorenzo Suárez de Figueroa concedió al concejo de Tarancón que tuviese dos alcaldes, un alguacil y un escribano público. Y del año 1494 existe un pergamino en el Archivo Histórico Nacional sobre la confirmación de los Privilegios que Tarancón tenía y que habían sido concedidos por los Maestres de la Orden de Santiago. El 12 de mayo de 1.404 el Maestre Suárez de Figueroa concede a los herederos de la "Alcaría" de Albaladejo una dehesa boyal con el fin de aumentar su población. En 1.440 el Maestre concedió la facultad de roturar nuevas tierras y eximía de impuestos durante diez años a los repobladores. Tras la reconquista, el sitio de Aranjuez fue confiado a la orden militar de Santiago El Gran Maestre de la orden, Lorenzo Suárez de Figueroa, construyó allí (siglo XIV) una residencia de recreo, A junto a la ría actual, en el lado norte de lo que ahora es Palacio Real. Esta edificación fue derribada en 1739 en Aranjuez.

XXXIV. INFANTE DON ENRIQUE. 

Gran maestre de la Orden desde 1409 a 1445. Fue maestre de la Orden durante 44 años. Fue elegido cuando contaba apenas nueve años de edad, lo que provocó la oposición del comendador de castilla, García Fernández de Villagarcía, y de algunos caballeros descontentos con la utilización que se venía haciendo de la Orden como plataforma depoder y riqueza; durante la minoría de edad del Infante, lo santiaguistas fueron gobernados, de hecho, por su padre, Fernando de Antequera, futuro rey de Aragón. En 1440 celebró en Uclés capítulo general de la Orden el infante don Enrique el Turbulento, conde de Alburquerque y señor de Ledesma, hijo de D. Fernando de Antequera, rey de Aragón. Estuvieron presentes D. Juan Díaz de Coronado, prior de Uclés y lugarteniente del maestre en aquella ocasión, los cuatro comendadores mayores, los trece de la Orden, los frailes de la casa y un crecido número de caballeros y de vicarios clérigos. En dicho capítulo hizo muchos establecimientos, denominados del Infante, y confirmó los privilegios de la villa de Uclés. La elaboración de estos establecimientos fue sin duda la mejor de las labores realizadas por este infante aragonés, a parte de la toma de Antequera (1410). Sus reformas fueron tan profundas y amplias, que constituyeron la normativa básica de la Orden, a la que únicamente sería necesario añadir pequeñas modificaciones futuras. Al margen de la labor reseñada, el infante Don Enrique se caracterizó por la persistente rebeldía contra su primo Juan II, al que intentó manipular contrayendo matrimonio con su hermana Doña Catalina. La oposición más tenaz a las intrigas del Maestre, vendría del no menos ambicioso Álvaro de Luna, al que Juan II, tras encarcelar a Don Enrique, acusado de traición y tomar la Orden bajo su protección, le otorgó el maestrazgo en 1430; Álvaro de Luna lo detendría hasta su destierro en 1439, momento en que el Infante volvió a recobrar sus plenos derechos sobre el cargo. No duró muchola concordia, pues en 1444, el futuro Enrique IV, entonces infante de Castilla, y el obispo de Cuenca, López Barrientos, se alzarían contra el Aragonés haciéndole abandonar Castilla. El repliegue a Aragón fue momentáneo, pues desde aquellas tierras avanzó hacia el reino de Murcia, tomó Lorca y se dirigió a Olmedo, donde se libró una sangrienta batalla el 19 de mayo de 1445, en la que el Infante sería derrotado y muerto, según algunos, aunque hay quien sostiene, coincidiendo con Ruiz de Morales, que su fallecimiento acaeció pocos días después, en Calatayud, a donde había acudido a refugiarse.

 XXXV. ÁLVARO DE LUNA. 

Gran maestre de la Orden desde el 30 de agosto de 1445 al 2 de junio de 1453.(Calendario de Uclés) Nacido en Cañete en 1390. Fue el primer Conde de Santisteban o San Esteban de Gormaz, Condestable de Castilla, Gran Maestre de la Orden de Santiago, Señor de numerosos castillos, villas y lugares y gran privado del Rey don Juan II de Castilla. Hijo bastardo de Don Álvaro de Luna, señor de Cañete, su padre lo saca de Cañete con 14 años y lo pone al servicio de su tío, Pedro de Luna, a la sazón arzobispo de Toledo, y que más tarde sería Papa, con el nombre de Benedicto XIII. D. Álvaro aseguró pronto una gran ascendencia sobre Juan II, entonces un niño. Era también un maestro en todos los talentos que el rey admiraba: era un aceptable caballero, un habilidoso lancero, buen poeta y elegante prosista, buen jinete, excelente cazador y hábil en el manejo de las armas. EL MAESTRE DON ALVARO DE LUNA A las anteriores se une un altivo porte y un extraordinario talento e inteligencia. Favorito en un principio del Rey de castilla, cayó en desgracia debido al poco afecto que le tenía la reina. Hasta la pérdida de la confianza del rey, Álvaro de Luna fue la figura central de la Castilla de su época. La noche del 14 de julio de 1420, encontrándose la corte en Tordesillas, uno de los infantes de Aragón, D. Enrique, en un audaz golpe de mano, se presenta con gran número de gente armada, secuestrando a la corte en pleno, incluidos el rey y don Álvaro de Luna. Don Álvaro de Luna consigue escapar junto con el rey y algunos caballeros y hallan refugio en el castillo de Montalbán, mientras maniobra para atraerse al infante Juan, quien consigue alejar a su hermano de los sitiados. El año 1422 Don Álvaro de Luna le devuelve la moneda al infante don Enrique. Con una estratagema atrae a éste a Madrid, haciéndole preso junto con toda su gente. Confisca sus bienes y persigue a sus partidarios. En 1425 libera al infante don Enrique en un gesto de buena voluntad para evitar la guerra con Aragón. Grave error. En 1427 el liberado vuelve a conspirar junto con el rey de Navarra y otros muchos nobles castellanos. Todos ellos consiguen del débil rey, a consecuencia de la concordia de Valladolid, firmada por Don Juan y Don Enrique el destierro que Álvaro de Luna acata, viendo la desigualdad de fuerzas, y retirándose a la ciudad de Ayllón. Desde allí observa como el caos, los ajustes de cuentas, los asesinatos y la anarquía se apoderan de Castilla. En 1428, los mismos que exigieron su destierro claman por su vuelta. Y el rey después de pedírselo hasta tres veces le recibe en la villa de Turégano (la gran Chancillería). Restituido en su puesto, ha de hacer frente nuevamente a la amenaza de los infantes de Aragón, ahora más unidos que nunca. La nueva campaña de Enrique contra el rey Juan II le daría ocasión de sobresalir en la guerra en la conquista de Trujillo y la reducción de los rebeldes a Alburquerque. Presentan éstos sus fuerzas en Cogolludo, pero don Álvaro no asiste. En cambio penetra en el mismo Aragón, causando importantes destrozos y persigue a los infantes aquí y allá, hasta que viendo éstos la inutilidad de sus empresas, firman una tregua por cinco años. Calmadas las cosas en el reino, decide que es tiempo de acometer mayores empresas. En 1431, se esforzó en emplear a los inquietos nobles en una guerra para conquistar Granada. Se dirige con su rey y sus tropas hacia el reino moro de Granada y allí tiene lugar la batalla de La Higueruela, que ve pasar 70000 infantes y 10000 jinetes castellanos quienes derrotan a sus adversarios. 1439. Un nuevo adversario viene a sumarse al elenco de opositores, don Pedro Manrique, Adelantado de Castilla. Este aglutina a todos los conspiradores y consigue que el temeroso rey destierre nuevamente a don Álvaro. El de Luna se retira a su villa de Sepúlveda. Los conspirados eliminan paulatinamente a la mayor parte de los asesores del rey, decididos seguidores del Condestable, mientras éste en la distancia alienta al rey a resistir. Por una vez Juan II decide plantar cara a sus enemigos y éstos vuelven la vista hacia don Álvaro de Luna, comenzando a atacar sus posesiones. En varios enfrentamientos derrota a los aliados, pero tiene que acudir en ayuda de su rey, que resiste en Medina del Campo Allí en seguida observa que no es el mejor lugar para preparar una defensa. Y tras fuerte insistencia de Juan II, decide salir con lo mejor de su gente, retirándose a su villa de Escalona, donde planea cómo y cuando devolver el golpe. Se atrae a su causa personajes importantes, el Conde de Benavente, el de Haro, el Duque del Infantado, y los Obispos de Ávila y Toledo y a última hora, en una soberbia jugada política, se atrae al Príncipe Enrique y al poderoso Juan Pacheco, señor de Villena. En 1444 ataca inesperadamente a sus enemigos, quienes cogidos por sorpresa huyen en desbandada en dirección a sus reinos. Reagrupadas sus fuerzas, ambos poderosos ejércitos se reúnen en la ciudad de Olmedo, donde tiene lugar el 19 de Mayo de 1445 la mayor batalla del reinado de Juan II. El ejército de Álvaro de Luna aplasta a sus adversarios, resultando herido en el combate el intrigante y ya viejo infante don Enrique. Una herida de lanza en una mano, degenerará en gangrena y en su muerte en el castillo de Calatayud.Sobrevienen unos años de relativa calma. En 1445, la facción de los nobles aliada con los principales enemigos de don Álvaro, los Infantes de Aragón, encabezada por los Manrique y los Enríquez, fue derrotada en Olmedo, y el favorito, que había sido nombrado Condestable de Castilla y conde de Santesteban se convirtió en el gran maestre de la Orden de Santiago. D. Álvaro no quiso darse por vencido creyendo que sería algo pasajero. El rey le aconsejó que se alejara de Burgos. No se avino a ello D. Álvaro, y para empeorar las cosas, un fraile durante el sermón del Viernes Santo lo apostrofó delante del rey y toda la Corte. Encolerizados los partidarios de D. Álvaro arrojaron alevosamente desde una torre al contador mayor del Monarca, D. Alonso Pérez de Viviero, a quien culpaban de lo ocurrido. Don Álvaro es un noble de sesenta años... Es incapaz de detener la irresistible ascensión de Juan Pacheco. No cae bien al futuro rey Enrique y comete el error más grave de todos: promueve la boda del viudo rey Juan II con Isabel de Portugal. La dama es una bella muchacha, una adolescente, y el rey un hombre de 42 años, viudo desde el fallecimiento de María de Aragón en 1445. Isabel de Portugal además, no soporta a Álvaro de Luna. La nueva reina conspira desde la alcoba para que el rey detenga a Don Álvaro, y éste temiendo perder los favores de su joven esposa no sabe decir que no. El 4 de Mayo de 1453 durante la estancia de la corte en Burgos, De Luna es detenido por orden de la reina. El rey mandó apresarlo y a pesar de que D. Álvaro se entregó bajo seguro de vida y hacienda, fue sometido a un simulacro de juicio y condenado por tirano y usurpador de la Real Corona. En la plaza mayor de Valladolid el 2 de junio de 1453 se le dio una horrible tortura para acabar degollado, dándosele sepultura en el lugar destinado a los malhechores. El rey, quizá presa de remordimientos, enferma desde ese momento. Llora desconsoladamente extrañando a su amigo. El 21 de julio de 1454, apenas un año después, muere en la misma ciudad que vio morir a don Álvaro. Los bienes de don Álvaro serán objeto de rapiña y sólo con el paso del tiempo, su familia consigue rehabilitar su memoria y trasladar sus restos que descansan en la Catedral de Toledo, en el lugar conocido como capilla del Condestable. Tal vez por estos hechos, no debió dejar un buen recuerdo en la Orden, pues en el artesonado del refectorio del Monasterio de Uclés, donde se encuentran talladas en madera las efigies de los Maestres, la que debería corresponder a Álvaro de Luna, se sustituyó por una calavera. En 1658 el Consejo de Castilla le declara inocente y libre de toda culpa de las mentiras por las que había sido condenado. JUAN II. Administrador de la Orden en 1453 por bula del Papa Nicolás V. Nacido en Toro en 1405, es hijo de Enrique III y Catalina de Láncaster. Su madre y su tío Fernando, futuro rey de Aragón, asumirán la Regencia hasta su mayoría de edad. Durante esta etapa, se reanudarán las hostilidades con el reino nazarí de Granada. La doble regencia supone una fuente permanente de conflictos que obligará a dividir el reino en dos circunscripciones. Fernando adquiere un sólido prestigio como gobernante al tomar Antequera en 1410 y una posición de fuerza que resultará decisiva para ser nombrado rey de Aragón (Caspe, 1412). En las Cortes de Madrid (1419), Fernando asume plenos poderes, tras haber casado con María de Aragón. Una constante de su reinado será la pugna con la nobleza por establecer el papel que la corona y el estamento nobiliario juegan en el seno del Estado. La aparición de las ciudades como tercer elemento en juego prefigura ya un conflicto plenamente moderno. Las disensiones interiores tendrán repercusión además en el ámbito externo. Así, Aragón y Navarra, gobernados por los infantes de Aragón, serán rivales permanentes de Castilla, mientras que Portugal y, sobre todo, Francia, serán aliados de la corona castellana. Castilla vive unos años de esplendor demográfico y económico, facultado por el incremento de las exportaciones (lana, hierro, vino) a los mercados europeos. Esta buena situación permite el desarrollo de instituciones que prefiguran el Estado moderno. El interés del monarca por la cultura permite el surgimiento de poetas y literatos cortesanos, protegidos personalmente por el rey. Juan II murió en 1454 en Valladolid. ENRIQUE IV. Administrador de la Orden en de 1453 a 1462 por bula del Papa Calixto. Hijo de Juan II de Castilla y de María de Aragón, antes de acceder al trono ya intervino en la convulsa política castellana de la época, junto a su favorito Juan Pacheco. En 1440 casa con Blanca de Navarra, separándose de ella en 1443 por impotencia. Un año más tarde accede al trono. Casa de nuevo en 1455 con Juana de Portugal, para asegurar la cooperación entre ambos reinos. Su mandato transcurre sin grandes alteraciones hasta 1462. En este año, se renuevan los hostigamientos contra el reino nazarí de Granada, se intenta reconciliar con los Grandes de España huidos a Aragón y acepta el trono de Cataluña, ofrecido por los mismos catalanes, descontentos con Juan II de Aragón. Precisamente la cuestión catalana provoca, a partir de 1463, la caída en desgracia de los nobles más cercanos al rey (Juan Pacheco, Alfonso de Fonseca) por la pérdida de confianza en el Consejo, y el ascenso de nuevas figuras, como los Mendoza o Beltrán de la Cueva. Entre 1463 y 1468, los nobles desafectos emprenden una campaña contra el Enrique IV y elaboran el Manifiesto de Burgos (1464), en el que se critican aspectos diversos de la gestión del monarca, se incluyen las protestas de las ciudades y se critica la sucesión al trono en la persona de Juana, su hija, considerada fruto del adulterio de la reina Juana con Beltrán de la Cueva. La presión de los nobles obliga al rey a ceder y a reconocer como heredero a su hermano Alfonso, estableciéndose una comisión encargada de analizar la crisis y emitir un dictamen que procure la pacificación de Castilla. Este dictamen, la sentencia de Medina del Campo (1465), de signo desfavorable a los intereses de Enrique IV, empuja a éste a combatir a los sublevados, quienes responderán proclamando rey a Alfonso (farsa de Ávila). Los combates se prolongarán durante tres años, hasta la muerte de Alfonso (1468). La cuestión sucesoria aun no quedará resuelta. Los partidarios de Alfonso prestarán ahora su apoyo a la hermana del rey, Isabel, en contra de Juana la Beltraneja, hija del monarca. Isabel será reconocida como heredera mediante el tratado de los Toros de Guisando; sin embargo, la defensa de la causa monárquica de ésta hace que sus aliados partan de su lado y pasen a defender la candidatura de Juana, su antigua enemiga. Los tratados de Alcaçovas, 1479, dejarán a Isabel como única pretendiente al trono y reina de Castilla, por la muerte de su padre en 1474.

 XXXVI. BELTRÁN DE LA CUEVA.

Gran maestre de la Orden desde 1462 a 1463. Beltrán de la Cueva nace en Úbeda en el año 1443. 1456. Estando en el segundo año de su reinado, Enrique IV decide ir a Úbeda, donde se hospeda en casa del Regidor Diego Fernández de la Cueva. Agradecido a las atenciones recibidas, pide a D. Diego llevar a la Corte a su hijo mayor. Éste se niega, pero ofrece a Beltrán, su segundo hijo. El Rey acepta y lo hace su "paje de lanza". Al segundo año de su llegada ya es Mayordomo de Palacio y Señor de Jimena (Jaén). Al quinto, pertenece ya al Consejo del Rey y su hermano Gutierre es nombrado Obispo de Palencia. El hecho es que en poco tiempo don Beltrán de la Cueva se convierte en el favorito del Rey, desplazando a otros nobles como el Marqués de Villena, don Juan Pacheco. En el año 1460 casa con doña Mencia de Mendoza y Luna, sobrina del Cardenal Mendoza, recibiendo como dote, la ciudad de Huelma que el Marqués de Santillana había ganado a los moros. En el año 1462 ocurre un hecho clave en el futuro de Castilla. La reina Juana de Portugal da a luz una hija, conocida como Juana. Durante ese tiempo recibe el título de Conde de Ledesma. Esta concesión es aprovechada por los enemigos de don Beltrán, en especial el Marqués de Villena, quienes atribuyen la causa de tantas mercedes en la paternidad de la primogénita del rey en la persona de su favorito. Ese mismo año recibe su nombramiento como Maestre de Santiago. Este hecho es detonante para que los demás nobles, que ya de por sí, ven con malos ojos la extraña relación entre el favorito y la reina, exijan del rey, que tal título debe de recaer en la persona del Príncipe Alfonso, a la sazón su hermanastro, además del destierro de don Beltrán. El Rey, claudica ante los deseos de los conspiradores. Para evitar males mayores, don Beltrán renuncia a tal título en 1463. Los enemigos del rey Enrique IV consiguen el alejamiento de don Beltrán de la Corte. Como recompensa recibe las ciudades de Roa, Aranda, Molina, Atienza y Cuéllar, amén del castillo de Anguix, y, además el título de Duque I de Albuquerque. Su nombramiento no es muy bien recibido en algunas de dichas ciudades (Molina, Albuquerque), donde tienen lugar sendas sublevaciones. Al pie de las murallas de Ávila, ponen un estrado y colocando un monigote que se asemeja al rey, le despojan de sus atributos de poder, colocándoselos al infante Alfonso, en lo que se conoció como "La Farsa de Ávila". Entre los conjurados se encuentran el arzobispo de Toledo, Alfonso Carrillo, el conde de Benavente don Rodrigo Pimentel, el conde de Plasencia, don Álvaro de Zúñiga, don Diego López de Zúñiga, el propio marqués de Villena y algunos otros. Llegando estas noticias a oídos del rey Enrique, éste recurre a don Beltrán de la Cueva, quien reúne su ejército que, junto con los de García de Toledo (casa de Alba), Juan Fernández Galindo y la familia Mendoza, así como algunos otros nobles que se preparan para la batalla. El marqués de Villena y sus aliados se asustan ante la magnitud del ejército reunido y tras una negociación, desisten de sus pretensiones. El rey, otorga prebendas a sus partidarios (1465) y don Beltrán recibe la villa de La Adrada, así como las de Mijares y Colmenar (futuro Mombeltrán). Volviendo nuevamente las conspiraciones se celebra la batalla de Olmedo (1467), en la que don Beltrán participa activamente y supone una nueva derrota de los seguidores del infante Alfonso. Las escaramuzas siguen hasta la misteriosa muerte del infante en el año 1468. Enrique IV muere el año 1474 y don Beltrán, ya viudo, vuelve a casar con una hija del Duque de Alba. Una vez concluida la guerra fraticida, toma partido por los Reyes Católicos en su lucha contra su supuesta hija, Juana la Beltraneja. En 1479, viudo de nuevo y sin hijos, casa con Maria de Velasco, hija del condestable de Castilla. Se distingue en el cerco a Granada, junto a Isabel y Fernando. El 2 de noviembre de 1492, muere, siendo enterrado en Cuéllar, a la edad de 49 años.

XXXVII. INFANTE DON ALFONSO.

Gran maestre de la Orden desde 1463 a 1467. En 1463 Alfonso de Castilla es nombrado Gran Maestre de la Orden de Santiago, maestrzgo confirmado por el Papa Pablo II. El Campo de Montiel es absolutamente independiente de Castilla, ya que Alfonso se enfrenta directamente a la Corona. En 1465 la nobleza levantisca depuso simbólicamente a Enrique IV y entronizó al manejable infante Alfonso, de sólo once anos, al tiempo que difundía el rumor de que la infanta Juana era hija de Beltrán de la Cueva. La humillación de la "Farsa de Ávila" aglutinó a los realistas y a las ciudades en una nueva Hermandad General. Estas fuerzas derrotaron a la nobleza en la segunda batalla de Olmedo (1467), pero Enrique IV no quiso explotar su victoria y se enajenó el apoyo de los Mendoza. En un clima de desorden -revuelta de los "irmandiños" en Galicia (1467)-, la muerte del infante Alfonso en 1468 transformó el panorama. Los rebeldes quedaron deslegitimados, por lo que ofrecieron el trono a la infanta Isabel, nueva candidata de la nobleza aunque no dispuesta a dejarse manejar por los nobles. La cuestión sucesoria fue solucionada finalmente en el tratado de los Toros de Guisando (septiembre-1468): la infanta Isabel era considerada la única heredera a costa de los derechos de la infanta Juana, a la que no se reconocía como bastarda. Juan Pacheco había conseguido la herencia para su representante, pero ahora hacía falta un marido conveniente para sus intereses. Al pie de las murallas de Ávila, ponen un estrado y colocando un monigote que se asemeja al rey, le despojan de sus atributos de poder, colocándoselos al infante Alfonso, en lo que se conoció como "La Farsa de Ávila". Entre los conjurados se encuentran el arzobispo de Toledo, Alfonso Carrillo, el conde de Benavente don Rodrigo Pimentel, el conde de Plasencia, don Álvaro de Zúñiga, don Diego López de Zúñiga, el propio marqués de Villena y algunos otros. Llegando estas noticias a oídos del rey Enrique, éste recurre a don Beltrán de la Cueva, quien reúne su ejército que, junto con los de García de Toledo (casa de Alba), Juan Fernández Galindo y la familia Mendoza, así como algunos otros nobles que se preparan para la batalla. El marqués de Villena y sus aliados se asustan ante la magnitud del ejército reunido y tras una negociación, desisten de sus pretensiones. El rey, otorga prebendas a sus partidarios (1465) y don Beltrán recibe la villa de La Adrada, así como las de Mijares y Colmenar (futuro Mombeltrán). Volviendo nuevamente las conspiraciones se celebra la batalla de Olmedo (1467), en la que don Beltrán participa activamente y supone una nueva derrota de los seguidores del infante Alfonso. Las escaramuzas siguen hasta la misteriosa muerte del infante en Arévalo en el año 1468.

 XXXVIII. JUAN FERNANDO PACHECO. 

Gran maestre de la Orden desde 1467 a 1474. Nacido en 1419. Hijo de Alfonso Téllez Girón, desde 1440 ya servía al futuro Enrique IV, entonces Príncipe de Asturias en calidad de doncel. Desde el comienzo de sus relaciones con el citado príncipe, ejerció un gran dominio sobre él. Después de la batalla de Olmedo, obtuvo el título de Marqués de Villena, por el triunfo conseguido en dicha batalla. En documento fechado en Córdoba el 6 de Junio de 1445, el Rey Enrique IV, a instancias de los procuradores del Reino, reunidos en las Cortes de Córdoba, confirma a Don Juan Pacheco las donaciones que le había hecho de San Clemente y lugares de su jurisdicción, como Vara de Rey; y otras villas y lugares. Cayó en desgracia por las intrigas de los nobles. Formó entonces la liga de Burgos, en 1464, e hizo declarar ilegítima a Juana, hija del Rey, llamada La Beltraneja. Finalmente volvió al favor real y después de siete años de gobierno renunció en su hijo Diego, con disgusto de la mayor parte de los caballeros, produciéndose con este motivo un cisma en el que se formaron tres facciones que pretendían el poder: la dirigida por Diego Pacheco, otra dirigida por Rodrigo Manrique y la de Alonso de Cárdenas.

XXXIX. DIEGO LÓPEZ PACHECO. 

Marqués de Villena. Gran maestre de la Orden desde 1474 a 1476. Don Diego López Pacheco, hijo primogénito de don Juan Pacheco y de doña María Portocarrero, heredero del I Mayorazgo, fue II Duque de Escalona, II Marqués de Villena, Maestre de Santiago y Capitán General en la Guerra de Granada. Después de la toma de Granada, los Reyes Católicos por Privilegio Real de 4 de Diciembre de 1491 le hicieron merced de las Villas y Tierras de Serón y Tíjola, cesando en el título de Marqués de Villena que fue absorbido por los Reyes Católicos. El rey Enrique Iv le dio el maestrazgo y envió la confirmación a Roma, pero antes de que llegase, murió el rey. Por haberse apreciado alteraciones en su nombramiento nunca fue confirmado como Maestre. XL. RODRIGO MANRIQUE Y ALONSO DE CÁRDENAS.Grandes Maestres de la Orden desde 1474 a 1476. Alonso de Cárdenas y Rodrigo Manrique se dividieron el maestrazgo de la Orden. Mientras Rodrigo fue Maestre de la provincia de Castilla, Alonso lo fue de la de León. Esta división se hizo con conocimiento de los Reyes Católicos para evitar disensiones en el seno de la Orden. Muerto Don Rodrigo (enterrado en la capilla mayor del Monasterio de Uclés), se concentró la totalidad del maestrazgo en Alonso. ALONSO DE CÁRDENAS.Gran Maestre de la Orden desde 1474 a 1476 y desde 1477 a 1493. Alonso de Cárdenas, fue natural de la villa de Ocaña, e hijo de Don Garci López de Cárdenas, comendador mayor de León. La primera vez que Alonso de Cárdenas llega a ser maestre de la Orden es por la jugada hecha por su predecesor, Juan Pacheco, Marqués de Villena, quien renuncia a la maestría en favor de su hijo Diego. Ese tipo de comportamiento no era el correcto, ya que se llega a ser maestro por elección y no por herencia. Esto produjo una lucha de poder entre los caballeros lo que llevó al enfrentamiento entre don Enrique Manrique y el propio don Alonso. Esto generó una época en la cual hubo dos maestres e incluso que el propio rey Fernando llegara a ser maestre de la orden. Pero por su contribución en la guerra contra Portugal don Alonso consigue finalmente ser nombrado maestre general de la Orden de Santiago en el capítulo celebrado en Azuaga durante 1477, en la Ermita de San Sebastián, que posteriormente se llamaría Convento de la Merced. Otro ejemplo de los conflictos que vivió son los conflictos existentes entre la Orden y el Condado de Feria, con sede en Zafra, que llevó a Alonso de Cárdenas a enfrentarse cerca de Jerez con el Señor de Feria, tras lo cual llegaron a un acuerdo en el cual la Orden debía demoler el castillo de Los Santos de Maimona reconstruido pocos años atrás (en 1469 por el Maestre santiaguista Juan Pacheco, Marqués de Villena). También tuvo conflictos con Enrique de Guzmán quien deseaba que se le asignara el maestrazgo, por lo cual se sintió estafado y le hizo guerra. En 1475 Alonso de Cárdenas tuvo que refugiarse en el Castillo de Jerez de los Caballeros para defenderse del Duque de Medina Sidonia. Tiempo después en 1478, Alonso de Cárdenas le sorprendió y venció en Guadalcanal. Tras lo cual Guzmán tuvo que ceder al ser llamado por los Reyes Católicos. IGLESIA DE SANTIAGO (LLERENA, BADAJOZ) FOTO: WWW.LLERENA.ES (AYTO. DE LLERENA) Ya siendo maestre de la Orden acompañó a los Reyes Católicos como tal durante la conquista de Granada. Tras su muerte, la orden paso por dispensa papal al dominio real, ya que una vez hecha la reconquista no había mucho que repartir entre los caballeros ni nada por lo que ellos deban luchar. Murió en 1493. Su sepulcro se encuentra en la Iglesia de Santiago de Llerena, iglesia que el fundó y comenzó a edificar en 1482, dedicada a Santiago y San pedro, destinada a albergar su sepultura. Al lado del evangelio se alzó su mausoleo, con las figuras en busto de él y su esposa, doña Leonor de Luna. RODRIGO MANRIQUE. Gran Maestre de la Orden desde 1474 a 1476. Rodrigo Manrique, fue un noble de levante de reconocido prestigio, ganado en buena medida en sus combates contra los musulmanes, estuvo al lado de los infantes de Aragón en su enfrentamiento contra Juan II de Castilla y Álvaro de Luna. Nació en 1406 y murió el 11 de noviembre de 1476. Primer Conde de Paredes de Nava, hijo del Adelantado Pedro Manrique, de quien recibió la Villa de Paredes de Nava. Durante toda su vida estuvo en conflictos con Don Álvaro de Luna por la defensa de sus posesiones. En mayo de 1452 es nombrado Primer Conde de Paredes de Nava por el rey Juan II. Participó activamente en la Liga nobiliaria enfrentada a Enrique IV y en la denominada "farsa de Ávila" (1465), por la que recibió el título de Condestable de Castilla. A la muerte del Infante Don Alfonso, hermano del Rey, tomó partido por la princesa Isabel, futura reina Isabel la Católica, estando presente en el Pacto de los Toros de Guisando, pacto según el cual se reconocía a Enrique como Rey de Castilla y como sucesora a su hermana Isabel, sacando de la línea sucesoria a Juana "la Beltraneja". En 1474 fue proclamado Maestre de Santiago en la villa de Uclés. Los Manrique o Manrique de Lara constituyeron uno de los más poderosos clanes nobiliarios de la España medieval y entre sus títulos destacan el Ducado de Nájera y el Marquesado de Aguilar de Campoo, ambos entre los veinticinco primeros a los que Carlos V reconoció en 1520 por primera vez la Grandeza de España. "Aquí yace un hombre que vivo dejó su nombre", dice su epitafio. Además de su posición en la historia, quedó inmortalizado por los poemas escritos por su hijo Jorge Manrique "Coplas a la muerte de su padre". A su muerte fue Pedro Manrique, hijo primogénito, quien heredó el título de Conde de Paredes, en el siglo XVIII el condado se concentró, junto con muchos otros en la casa de los Duques de Nájera, Marqueses de Aguilar de Campoó. ADMINISTRADORES DE LA ORDEN Alonso de Cárdenas y Rodrigo Manrique fueron los últimos Maestres de la Orden propiamente dichos. Tras la muerte de Alonso de Cárdenas, tomaron la administración de la Orden Fernando II de Aragón (*1452 - +1516), e Isabel I de Castilla (*1451 - +1504), los Reyes Católicos, en 1493. En 1499 confirmó la administracion de los monarcas la bula del Papa Alejandro VI. Dicha administración se mantuvo durante toda la vida de los Reyes Católicos. Muertos los Reyes católicos, el Papa León X dio la administración de la Orden al Emperador Carlos V, y posteriormente, el Papa Adriano VI le dio la administración perpetua de la Orden para él y los reyes que le sucedieran. Bibliografía de este apartado: La Regla y establecimiento de la Orden de la Cavallería de Sanctiago del Espada, con la hystoria del origen y principio della. Antonio Ruiz de Morales y Molina. 1655. Secretariado de publicaciones de la Universidad de León. 1998.

cRÓNICA DE LAS TRES ORDENES MILITARES DE SANTIAGO ALCÁNTARA Y cALATRAVA rADES DE ANDRADA. 1572 eDITORIAL mAXTOR VALLADOLID 2009